jueves, 8 de mayo de 2014

Cachito #8: ¡Pedazo viajazo! SOS 4.8 (II)

Había llegado a Murcia a un festival a las 8 de la tarde del día anterior sin sitio para dormir, con 30.000 personas más en campings y/o condiciones deplorables... Y yo estaba durmiendo como un señor en una cama y, lo que es más importante, sin pagar un duro. Dormí hasta las dos de la tarde, cosa que estando de festival se valora incluso más que follar. Y me duché, porque ese día había agua en Murcia. 

Escenario Eroski

Entonces tocó soportar la resaca, aunque para consuelo mío tenía a mi alrededor a unas diez personas de entre cinco y diez años más que yo y al lado de sus caras lo mío podía considerarse una mañana fresca y feliz. No quiero hacerme mayor.

Comimos en un chino muy loco que tenía regalos random en los estantes. Un parchís, un muñeco de peluche, unas pistolas de agua... Todo como muy sacado de Ilustres Ignorantes (programa de Canal + que si no habéis visto, debéis ver). En cuanto al resto, el local era muy normal, es decir, muy idéntico al resto de restaurantes chinos de la península. Ocurre lo mismo que con todos los edificios de supermercados Lidl. Es posible que el mismo arquitecto diseñara tanto chinos como Lidls. El caso es que debí portarme mal comiendo porque los chinos del lugar no me recompensaron con ninguna de esos preciados objetos de las estanterías. En fin, era barato y podías comer como por tres personas de mi tamaño. Me valió.

Acabamos y de ahí nos fuimos directos al escenario con mejor ambiente del SOS, esto es, al Escenario Eroski. Ni Estrella Levante, ni Jägermeister, ni pollas. A aquella hora todavía estaba tranquilo, pero de noche ahí, si los dueños del hipermercado tuvieran visión de negocio, se podía montar perfectamente un festival paralelo que tumbaría a cualquier evento indie. España necesita ya un festival en un parking. De nada por la idea.

La jerga "di noi"

Juanba aprovechó para entregarme el verdadero horario del SOS, sabiduría popular en un fragmento de papel plastificado. Sí, estaba plastificado:


Dicen que si eres capaz de entenderlo todo a la primera
eres uno di noi al instante.

Cada grupo de festivaleros tiene sus frases, sus idiosincrasias, sus detalles que hacen de su experiencia un ritual cita tras cita. Bien, a esas horas empezamos a divulgar también la palabra de Albelda, cuyo epic fail en la radio unos días antes pasó a formar parte las frases míticas del festival para cualquier situación. Minuto 93, el Valencia va ganando 3-0 pero un gol del Sevilla le deja fuera de la final de la UEFA:




"Yo no he visto peligrar la eliminatoria en ningún momento", "no quiero ser gafe", "NO ME JODAS, COÑO". Clásicos instantáneos.

Pero eso solo era lo último. Lo que yo no sabía es que Juanba y el resto de su banda llevaban su ritual un paso más allá. Y es digno de contar. Esto no es broma, esto es totalmente verídico y si queréis triunfar en un festival os recomiendo que os pongáis manos a la obra e inventéis un método similar. Y si no tenéis originalidad en vuestro ser, siempre podéis ser zafios y ruines y copiarles. La cuestión era hacer pegatinas personalizadas. Sí, pegatinas: 


 
 

Si les entráis con esto y mínimo no les hace gracia, el problema no es vuestro.

TAB y Pony Bravo = gran tarde

Esa tarde no me podía quedar mucho rato en el Eroski, porque mi planning de conciertos empezaba muy pronto pero muy bien. Con to'l solaco pero con los conciertos que molan más torrándote -¿cómo se dice "torrar-se" en castellano?- y menos gente. Era la primera vez que iba a ver a Triángulo de Amor Bizarro, es decir, las nuevas estrellas místicas del pop en español. Arrancaron con su set y no pusieron stop hasta el final. Lo agradecí, canté, cerré los ojos e imaginé estar en el FIB dentro de unos meses. Molará.

Lo mejor del concierto, no obstante, no fueron ni Estrellas Místicas ni De la Monarquía a la Criptocracia. Lo mejor, e insuperable, fue cumplir un sueño de mi vida de postureo festivalero. Sabrina, la novia de Sebas, me regaló mi primer cartel de "Pedazo Temazo" y la abracé como si me hubiera dado la discografía entera de Oasis en cassette. 


En el fondo, Triángulo de Amor Bizarro en el escenario principal.

Ya con el cartel en mis manos, que llegó en el mejor concierto posible y ha viajado vivo hasta Covilhã, nos piramos al show más pro de la tarde. Pony Bravo son de este tipo de gente que deberían meter a las tres de la mañana cuando ya vas pasao por encima de tus posibilidades. Porque con algo encima, letras como "vótenme porque mi rumba está buena", "lo que pasa en Eurovegas, en Eurovegas se queda" descojonan mucho más. Tú vas puesto y ellos también, se igualan las condiciones.




Damon Albarn, el organillero

Ya se ha podido deducir que soy fan de Oasis y no de Blur. Pero tocaba ir a ver a Damon Albarn (cantante de Blur, para aquellos no duchos en la ciencia exacta del britpop). Y oye, una experiencia sónica tremenda, un directo casi calcado a su disco en solitario: casi me duermo con una cosa y con la otra. (Aunque después solo he leído críticas positivas, en fin...)

Moló mucho darme cuenta de que, además, el tío no tocó su reluciente piano en ninguna canción, sino que movía los dedos al tuntún -se notaba en los planos de las pantallas gigantes-. Era como si el "Toston" Albarn se hubiera recorrido las miles de verbenas de pueblo que alberga España, hubiera recopilado información sobre los hábitos de ese virtuoso del organillo en playback, especie protegida de las orquestillas de verbena, y hubiera ido a Murcia a colar esa tradición tan española como cabeza de cartel de un festival. Olé tus huevos, Mr. Albarn. Hubiera molado aún más si hubieras metido un par de covers rollo Paquito Chocolatero o Viva El Pasodoble.

En su favor hay que decir que sí tocó el piano en la última y que, además, esa última fue la mejor que podía haberse marcado. Si antes de ir a Murcia me preguntan "¿qué canción de Blur quieres que toque Damon?", hubiera dicho sin dudarlo que Tender. Pues el tío sacó a un coro de negros y una voz espectacular nos puso a todos los pelos de punta. Genial final, salvó hasta el playback previo.

Me apetecía ir al hermano pequeño del Escenario Eroski, es decir, al Escenario McDonalds, pero entonces vi que a mi derecha sonaba Ser Brigada y me quedé a darlo todo con la última y mejor de León Benavente. Desde Lisboa a Perpignan, esta vez, fue desde Covilhã a Murcia. Brutal, #MomentaSOS:




A desilusão da minha vida: vergonha!

Pero bueno, como esto no es una crónica musical -al uso, al menos-, vamos con otras cosas. Deseché la idea del McDonalds porque luego vi un puesto que me emocionó como pocas cosas en mi corta vida. En un alarde de patriotismo portugués, mi corazón se tornó rojo y verde al ver un letrero reluciente que rezaba, en los mismos colores, "COMIDA PORTUGUESA". 

Allí que fui, de cabeza. Era el destino, era real. Llegué y mis gracias al cielo se podían oír hasta en Cartagena. ¡¡¡Por fin me atendía una mujer con bigote y tres dientes de menos!!! Estaba en casa, lo podía notar... Pero todo acabó siendo una terrible farsa sin gracia ninguna.

-Olá, boa noite! -exclamé entusiasmado,

-Boa noite! -me respondió la señora en portugués. ¡Bien, son de los míos!

-Há bifanas aqui?? -Si había comida portuguesa, era IMPOSIBLE que no hicieran bifanas, lomo empanado luso que venden hasta en los McDonalds (sí, hay McBifana®). La bifana es algo así como la solución perfecta y básica para el hambre pre y post-alcóholica. Tenía que haber, pero...

Esto quería yo, una bifana. No os dejéis engañar por su pobre aspecto.

-Não, aqui só fazemos hambúrgueres e cachorros... -¿¿QUÉ?? ¿Qué clase de broma era esa?  ¿¿Hamburguesas y perritos como comida portuguesa? Qué insulto a las francesinhas, las tostas mixtas y el bacalhau à braz...

-Mas aqui no cartaz diz "comida portuguesa"... -repliqué.

-Já, mas os portugueses somos nós, os que fazemos a comida...

Y la señora desdentada lo dijo tan normal, y me marché indignado. Y sin bifana. La peor publicidad engañosa que vi desde que me dijeron que Periodismo era una carrera con futuro.

Phoenix, empieza la noche

De ahí a Phoenix, y se me pasó el enfado probablemente hicieron el mejor concierto del festival. Mucho temazo para rellenar el set y sacar el cartelito a relucir. Juegos visuales molones. Sonó 1901 y llamé a Alejandra, amiga de Covilhã a la que propuse ir a Murcia pero se rajó, y aunque me lo cogió, al volver a casa me di cuenta de que no se había enterado de una mierda al teléfono. La intención es lo que cuenta, pero la pasta que me dejé me la devolverá en Sagres.

Eran pasadas las doce y esta vez mi eventual situación futura era aún peor que el día anterior. No es que no tuviera sitio donde dormir, que tampoco. Era que no sabía como volver a Covilhã. Sí, había ido sin plan de vuelta. Estoy en ese punto en el que la osadía se encuentra con la idiotez. 

María, una compañera de Erasmus, también se volvía a Portugal el día siguiente... Pero desde Granada. También estaba en el SOS, curiosamente, pero ya eran cinco en el coche hasta la ciudad andaluza. Eso me dejaba sin manera de ir a Granada. A esa hora hora de la noche no sabía que por el destino, o lo que sea, jamás necesitaría pisar Granada.


TO BE CONTINUED...

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