martes, 17 de septiembre de 2013

No hay Fanta de limón en Portugal

Sé que cuando llegas a un lugar nuevo y un año de posibilidades aparece ante ti en forma de Erasmus, las sensaciones que suele tener la gente son de nervios, mucha ilusión y algo de incertidumbre. Y, en cierto modo, a mi me sucedió lo mismo. Pero hubo algo tan particular que me sorprendió y me dejó boquiabierto. Entre ridículamente indignado y extrañado. Sí, estaba en Portugal, pero un sencillo y minúsculo detalle la convertía en una cultura totalmente diferente a la española. Y es que, queridos lectores de mi aventura, en Portugal no hay Fanta de limón.


Partiendo de esa base, podemos considerar que el país vecino se encuentra en las antípodas de nuestra civilización urbana y juvenil. Al instante, te sobreviene un mar de cuestiones. ¿Con qué mezclan el vodka los portugueses? ¿Si no te gusta el gintonic, la ginebra no es una opción? ¿Sólo puedes ser un pagafantas de naranja? Señoras y señores, no hay limón. Catastrófico. ¿Qué alternativa hay? La ‘ananás’, que viene siendo... la piña. ¡¡Tienen Fanta de piña!! Portugal, ese gran desconocido. Un universo paralelo. Beben fanta de piña y por un tercio te cobran solo 0’60. Por lo último no me quejo, que conste en acta.

Como quién se emboba con el salvapantallas de un Windows, aquello eclipsó todo lo demás en mis primeros días en Covilha. Y... ¿qué es Covilha? Os preguntaréis. Seguro que, si leéis esto, os lo preguntáis, porque incluso a mi el día en que me comunicaron que mi destino era esta ciudad me sonó a dialecto aislado del cantonés. Bien, para que me entendáis los españoles, Covilha es como si metierais Teruel y Salamanca en una batidora. Tal cual. Ciudad de 30.000 habitantes situada en el ático de Portugal. Los desniveles entre una parte y otra del pueblo son más propios del Dragon Khan que de un pueblo. La única estación de esquí de Portugal la tengo yo aquí. Eso sería tremendo si supiera esquiar o no tuviera miedo a romperme en cuatro si lo intento. 

Entonces… ¿Qué es lo bueno de esta particular Invernalia lusa? Una universidad que le da la vida. Entre 8.000 y 10.000 estudiantes calculo que habrá. Soy de letras, pero en proporción creo que son más o menos bastantes. No das más de diez pasos sin encontrarte a uno. Si vivís en una ciudad universitaria, todo esto os sonará a básico, normal y nada especial. Pero para mi, que vengo de La Vall d’Uixó -que la amo, pero a veces déjatela estar- y de la insulsa universidad de Castellón -epítome de la antivida universitaria-, esto es nuevo. Sóc un xiquet de poble. Y por eso sonrío cuando veo novatadas por la calle a los caloiros que entran en la universidad. Aquí empieza este trayecto de un año. Llevo una semana y parece que queda poco. Parecía imposible que esto me gustara cuando me dijeron su nombre. A un click estuve de rechazar. Menos mal que no lo hice y ahora escribo desde aquí, entre las montañas de la Serra da Estrela y en una residencia llena de otros Erasmus. Pero eso ya os lo contaré en alguna entrada que venga. ¿Sin compromiso, eh? 

Pensándolo bien, será bueno que no haya Fanta de limón en Covilha. Que esto trata de que la Erasmus, aunque sea en Portugal, sea diferente al lugar del que vengo. Y ya lo he dicho, esto es un universo paralelo. Tanto que, como si el tiempo aquí no hubiese pasado, el Carrefour se sigue llamando Continente. 

3 comentarios:

  1. ¿Sabes? Curiosamente, has dicho algo que yo también dije en mi primer día de Erasmus: que venía de un lugar tan remoto y pequeño como la Vall, y una ciudad universitaria (de verdad, no como Castellón) me fascinó por lo nuevo y me pareció lo mejor del mundo.

    Disfruta de tu fantananás. :)

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  2. Ya tengo algo que seguir, el chico que escribe desde la habitación de dos pisos.
    Lo bueno que tienes es que si echas de menos la fanta de limón te puedes acercar a Villanueva del Fresno, pueblo español mas cercano, a 1h y media, y te compras :D

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  3. Hola Pablo!. Mi nombre es Ricardo, y teniendo "saudade" de mi estancia en Covilha, buscando en google encontré tu blog!!. Me lo he pasado muy bien leyéndolo. Me parece muy ameno y divertido, y sobre todo, me ha recordado épocas pasadas.
    A ver, soy de Badajoz, y estuve de Erasmus en Covilha allá por el 2003. Cuando elegí el destino, pensé lo mismo que tú, que vaya sitio perdido, encima "cerca" de Badajoz,...Y digo cerca entre paréntesis, porq en aquella época no tenía coche, y en tren (entre trasbordos) tardaba alrededor de 7 horitas. Y yo, chulo de mí, decidí antes de empezar el curso visitar mi nueva ciudad de residencia. Pues desde la estación de tren de covilha hasta la antigua residencia cerca de la ubi andando con una maleta en pleno julio....imaginate!!. Me cagaba en las puñeteras cuestas!!!. Me desanimé un montón. Vaya pueblo de mierda, pensé.
    Pero al empezar el curso, en la residencia (que se encontraba cerca del Chemistry) todo cambió. Gente maravillosa, fiestas tooooodos los días (como tú bien has dicho), recepcao ao caloiro, os leoes, los karaokes, las bifanas,... Todo genial, covilha es como bien dices, un lugar genial que aparenta otra cosa!. Y te recuerdo que en aquella época, la facultad de económicas estaba en la otra punta (años más tarde hicieron la nueva residencia al lado de la facultad), y no existía en todo el pueblo los ascensores!!! NI UN ASCENSOR!!!!. aquello era la muerte lenta!. Recuerdo el frio que se pasaba mezclado con los sudores de subir tanta cuesta!!!. Y recuerdo sobre todo las escaleras da rua dos namorados!!mortales!!!.
    Bueno, siento mucho tanto rollo, pero he recordado tantos buenos momentos...
    Bueno, un saludo y a disfrutar de tu estancia!!!!!!!!!!!!!

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