La barbaridad era demasiado grande esta vez. Ha debido ser incluso ilegal. Pero ahora ya es historia. El ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert ha rectificado a la carrera. Imaginad cómo le habrán cantado las cuarenta dentro de su propio partido por la barbaridad que había provocado.
Los estudiantes Erasmus españoles de toda Europa acabamos de ganar una batalla muy importante. Y, joder, qué bien sienta ganar una batalla después de luchar. Todos nosotros, los Erasmus del curso 2013/14, tendremos la ayuda económica del Ministerio a nuestra disposición. Soy feliz por todos aquellos compañeros que temían por tener que regresar a casa al no poder costeársela. 100 euros al mes, exactamente la misma cantidad que la que recibieron los Erasmus del pasado año -en caso de los no beneficiarios de la beca general-. Aunque os puedan parecer una cantidad ínfima, como bien comentaba otra compañera en su blog, 100 euros marcan la diferencia entre subsistir y vivir dignamente.
Mirad si les ha salido el tiro por la culata, que se han disparado en el propio corazón -si es que lo tienen, claro-: su versión oficial en los pasados días era que, si daban la ayuda a todos, acabarían disponiendo de presupuesto solo para 50 euros al mes por persona. Por su sinvergonzonería mal ocultada, ahora deberán abonar el doble de lo que pretendían recortar. No han podido con nosotros enfrente.
Rueda de prensa de José Ignacio Wert (obligado visionado para darse cuenta del nivel de bochorno que ha pasado un ministro que, si tuviese dignidad, hubiera dimitido en el acto)
Rueda de prensa de José Ignacio Wert (obligado visionado para darse cuenta del nivel de bochorno que ha pasado un ministro que, si tuviese dignidad, hubiera dimitido en el acto)
Lo sucedido estos últimos días ha sido un intento de engañarnos a toro pasado, buscando que no nos diéramos cuenta. No esperaban que les saliéramos tan combativos. El ridículo ha sido de lo más espantoso. La actitud del ministro Wert en la rueda de prensa ha sido más propia de un mal perdedor que de un ministro. Estaba abochornado, avergonzado de sí mismo ante la prensa, sabedor de que estaba protagonizando uno de los episodios más sonrojantes de la historia de la España democrática. Admitía preguntas a regañadientes, respondía incluso con más chulería de la que nos tiene acostumbrados, se hacía el sueco cuando convenía y su irritación era mayor que si le hubiera castigado una plaga de avispas. Estaba fuera de sus casillas, dando palos de ciegos y perdiendo toda la razón que algún día aspiró a tener. Rectificar, en esta ocasión, no es de sabios. Es de personas con mala educación, como lo es nuestro ministro.
Pero no bajemos la guardia. Celebremos este día, alegrémonos por lo conseguido, pero mantengámonos en posición de defensa. En la última entrada, dije que nosotros "volveríamos". Ellos también volverán, querrán regresar el año que viene para hacer daño con una nueva "orden ministerial", según Wert. La intención es clara, recargar el revólver para poder disparar de nuevo. Querrán acabar con todo de nuevo y, creedme, tendrán tiempo para prepararlo todo para que raye al borde de la legalidad. Nuestra misión es defenderlos igual de bien que hoy, que esta semana nos sirva de inspiración a todos los estudiantes, para que los que vengan puedan disponer de las mismas oportunidades que nosotros y los que vinieron antes que nosotros tuvimos.
Esta medida en particular debe ser el ejemplo de que, uniéndonos, todo es posible. Somos estudiantes, no somos juerguistas profesionales que se van de Erasmus "a emborracharse y a follar", como muchos aún retrógradamente piensan. Valemos mucho, esta experiencia es lo mejor que nos pasará en nuestras vidas y si nos saben cuidar, podemos aplicar eso para ser el futuro de España. Tenemos fuerza para oponernos a gobiernos. Lo hemos demostrado. Esto ha de ser la luz de esperanza que guíe todas las protestas honorables contra los ataques que la educación pública está recibiendo. Han traspasado la línea roja y han tenido que retroceder. Que no la vuelvan a pasar.
Sé que todo esto suena a utopía, pero no lo es. Y es que la realidad de hoy fue nuestra utopía tan solo tres días atrás.
Sé que todo esto suena a utopía, pero no lo es. Y es que la realidad de hoy fue nuestra utopía tan solo tres días atrás.
Hablo yo, pero estoy más que seguro de que hablo por todos los Erasmus españoles de Covilhã y por el resto de Erasmus españoles alrededor de Europa que hemos hecho de la distancia un fuerte: muchas gracias. Gracias infinitas a todos los que habéis firmado la petición en change.org y que habéis gritado con fuerza de cualquier otra forma en internet. Estad orgullosos de vosotros porque os han oído, nos han escuchado primero en Bruselas y después en Madrid. Hoy es un gran día, un día que recordaré con un cariño especial. Pero estoy seguro de que, tras esto, vendrán tiempos mejores. Solo hay que perseverar en la defensa de lo que, a nuestros ojos y a los de Europa, es justo. Aunque hemos dado un paso firme, esta guerra aún está por ganar. Ahora, más fuerte que nunca.
Muchas gracias de parte de un Erasmus que hoy es un poco más feliz porque al fin sabe que pertenece a un país de gente despierta.
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